El Ejército de Zimbabue intervino y tomó el poder del país esta mañana, afirmando que su objetivo es capturar a “los criminales que conforman el entorno del presidente Robert Mugabe”, quien es el único gobernante que ha conocido este país del África oriental en sus 37 años de independencia.
Los soldados tomaron el control de la radio estatal, mientras que vehículos blindados bloquearon las calles que conducen a las principales oficinas gubernamentales, al congreso y los tribunales en el centro de Harare, capital del país. La atmósfera en esta ciudad permanece en calma.
Los militares señalaron que Mugabe y su familia están a salvo. El mismo presidente Mugabe habló vía telefónica con el Ejecutivo de Sudáfrica, Jacob Zuma, y le dijo que está “confinado en su casa pero bien”, según un comunicado difundido por el gobierno sudafricano.
No quedó claro de inmediato si el golpe militar pondrá fin de forma definitiva al gobierno de Mugabe. El principal objetivo de los generales, al parecer, es evitar que la esposa de Mugabe, Grace, de 52 años de edad, le suceda en el poder.
No obstante, permanezca o no en el cargo, es probable que signifique el fin del dominio total de Mugabe, el último de la generación de fundadores de estados y naciones africanos aún en el poder.
Mugabe, considerado todavía por muchos africanos como un “héroe anticolonial”, es despreciado en Occidente por su deplorable manejo de la economía local y su habitual recurso a la violencia para mantenerse en el poder.
La semana pasada sumergió a Zimbabue en una nueva crisis política, luego de destituir a su vicepresidente y muy probable sucesor. Los militares creen que esta decisión busca allanar el camino para que Grace Mugabe suba al poder, por lo cual anunciaron el pasado lunes que estaban “preparados para actuar si no terminaban las purgas de sus aliados”.
El secretario de Relaciones Exteriores de Reino Unido, Boris Johnson, manifestó ante el Parlamento británico que “no sabemos si esto significa la caída de Mugabe o no”. Agregó, en ese mismo sentido, que “nadie quiere que haya una transición simplemente de un tirano no electo a otro. Nadie quiere ver eso. Queremos ver elecciones apropiadas, libres y justas”.
Con información de Reuters.