“Fue una guerra de dos años contra una rata inmunda como Teresita Palacios (expresidenta de la CONATEL)”, repudió en contacto con La Unión, afirmando que enfocó su “ataque” contra los dueños de la emisora ya que era la única que estaba quedando sin licencia.
Además, dijo que la persecución de Palacios era infundada, ya que la CONATEL no es la encargada de adjudicar frecuencias de Amplitud Modulada (AM), sino la Asociación Internacional de Radiodifusión, cuya sede se ubica en Montevideo, Uruguay.
Recordó que su hijo, Miguel Fernández, actual director de la radio, tuvo que realizar hasta huelgas de hambre y hasta dormir en la calle durante 37 días consecutivos, frente a la CONATEL, manifestándose y exigiendo que la licencia de la 1250 AM.