“En toda la familia creemos que ella (la niña) ya no está. Bajo ningún sentido. Queremos que nos digan al menos dónde está, así para darle cristiana sepultura y calmar nuestra ansiedad de saber qué fue lo que pasó”, dijo Zapata en diálogo con Todas Las Voces por La Unión, con relación a la desaparición de su nieta, sucedida hace casi dos años.
Recordó que se había sometido a peritaje la camioneta del señor Reiner Oberhuber, padrastro de la niña, de donde se había levantado sangre, tanto del asiento como de la carrocería y del volante. Los estudios de ADN que le hicieron a don Rufino y a la madre, Lilian Zapata, fueron comparados con los rastros encontrados en el rodado, los cuales arrojaron positivo.
Indicó que estos resultados no fueron aceptados por la señora Lilian “porque ella sabe qué pasó”.
En cuanto al papá de la nena, señaló que “es otro irresponsable que una sola llamada hizo en estos dos años. Jamás cooperó y eso que es su hija. Se apartó del todo”. De hecho, comentó que el papá de la niña ha dado a entender que “ella ya no está”, afirmando que entendieron esas palabras como que la nena ya está muerta.
“Es todo muy oscuro. Nos marea todo esta gente”, expresó Zapata.
En cuanto a la mamá, dijo que ella prácticamente “no habla con nadie” y que ahora vive en un edificio de condominio en San Lorenzo, Departamento Central, en compañía de Oberhuber.