“Los insumos no pueden faltar, pero faltan. Se zapatea todo el tiempo pero igual no nos dan”, criticó Morínigo en diálogo con La Unión.
La manera en que ha tenido que ser solucionado este problema de falta de sedantes y varios antibióticos es mediante el “pasamano” de la receta desde el médico, pasando por las enfermeras, el portero y finalmente los parientes del paciente enfermo para que estos compren los insumos que faltan en el INERAM, afirmó el neumólogo.
En ese sentido, reveló que, si el familiar no tiene dinero para comprar los medicamentos, lo prestan de otros pacientes y luego lo reponen. Incluso hay veces que familiares de otros pacientes colaboran en “vaquita” para las adquisiciones.
También dijo que hay ocasiones en que médicos y enfermeros traen los medicamentos requeridos que no fueron utilizados en otros servicios para resolver los casos más urgentes, sobre todo de pacientes con cuadros graves.
Ahora mismo una paciente de 26 años está en UTI hace 5 días y ningún familiar está en las afueras del hospital. No obstante, felizmente está mejorando, comentó Morínigo.
“Estamos con cupo casi lleno en el INERAM, las terapias en un 100% prácticamente con casos cada vez más graves. Tenemos unas 90 camas aproximadamente con un 85 a 90% de ocupación en sala común, y en terapia en un 98%. La situación es terrorífica”, expresó Morínigo.
Así mismo, dijo que están teniendo que prestarse entre pabellones del centro asistencial las máquinas de alto flujo que el Ministerio de Salud les prometió entregarles, pero que hasta el momento, hace 4 meses, no les fueron dadas. “50 me habían prometido, pero hasta ahora seguimos prestándonos entre pabellón y pabellón”, lamentó.