Hasta esta semana, los videos virales más vistos en Facebook eran un experimento de BuzzFeed sobre cómo reventar un melón con ligas y la reacción de una mujer que compró una máscara de Chewbacca.
Ahora, la plataforma sirve para hacer periodismo ciudadano como nunca antes.
El miércoles pasado, Diamond Reynolds transmitió en vivo desde Facebook, solo con la cámara de su teléfono celular, cuando su prometido Philando Castile recibió disparos de un policía en Minneapolis —y capturó la atención del mundo. El jueves, varios usuarios de Facebook en Dallas hicieron lo mismo luego de que policías fueran emboscados por un tirador.
Estos videos son más íntimos y crudos que los clips de YouTube que simbolizaban el periodismo ciudadano hace una década. Y debido a que ahora hay más teléfonos, hay más ángulos para mostrar las cosas.
La semana pasada giró en torno a Facebook Live. Fue, como dijo el veterano educador de periodismo Al Tompkins, un momento crucial para la profesión.
“Facebook Live se volvió esta semana en lo mismo que se convirtió la radio en la Segunda Guerra Mundial; la televisión en el asesinato de John Kennedy, los servicios de cable durante la primera Guerra del Golfo y Twitter en la Primavera Árabe”, escribió.
Los ejecutivos de Facebook tienen emociones encontradas al leer algo así.
La función de la transmisión en vivo fue pensada para competir con Periscope, generar más contenido y hacer que los usuarios permanecieran más tiempo en la red social.
Esa es una prioridad interna para la compañía. Facebook incluso le paga a algunos medios como CNN para producir videos en vivo este año, como parte de un esfuerzo para popularizar las transmisiones y acostumbrar al público a ellas.
La transmisión en vivo fue promovida para permitir a los usuarios ver en tiempo real una fiesta de cumpleaños, asistir virtualmente a eventos y hablar con amigos. Pero la misma tecnología puede también transmitir muerte y sufrimiento.
El CEO de Facebook Mark Zuckerberg lo reconoció el jueves. Un par de horas antes del tiroteo de Dallas, escribió una nota en su página personal con condolencias a las familias de Reynolds y Castile.
“Las imágenes que hemos visto esta semana son gráficas y desoladoras; muestran la luz del miedo con el que viven millones de miembros de nuestra comunidad cada día”, escribió. “Aunque espero que nunca tengamos que ver otro video como el de Diamond, nos recuerda por qué unirnos para construir un mundo más abierto y conectado es tan importante, y cuán lejos tenemos que ir”.
Un largo camino por recorrer
En los comentarios a la nota, algunos usuarios le preguntaron a Zuckerberg sobre los filtros de contenido en las políticas de Facebook, uno de muchos temas que ha sido cuestionado a raíz de los videos con tiroteos.
El video de Reynolds fue temporalmente bajado de la página la noche del miércoles. Facebook volvió a subir la transmisión una hora después y achacó el problema a una “situación técnica”, respuesta que algunos expertos no encontraron convincente.
El video de Reynolds y los de la manifestación en Dallas ahora se pueden ver en el sitio bajo advertencia. “¿Seguro que quieres ver esto?” pregunta una etiqueta, que exige el consentimiento de los usuarios.
Han existido otros momentos donde se han documentado crímenes. En junio, un extremista religioso que mató a un policía y a su pareja en Francia subió un video de 12 minutos a Facebook mientras los tenía de rehenes.
Ningún ejecutivo de Facebook hizo comentarios. Sin embargo, en un comunicado la compañía aseguró que “la transmisión en vivo es relativamente nueva y creciente, estamos comprometidos a mejorar cómo manejamos el contenido, señalamos violaciones y mantenemos a las comunidades seguras”.
Cuestiones por resolver
Las preguntas a las que se enfrenta Facebook son similares a la que otras organizaciones se han hecho por décadas. ¿Los usuarios deberían transmitir los movimientos de la policía durante operaciones tácticas? Si no, ¿quién está a cargo de evitarlo?
“Entendemos los desafíos únicos de los videos en vivo”, dijo un vocero de Facebook el viernes, al explicar por qué el sitio deja que los usuarios reporten videos que violan las normas. “Tenemos un equipo 24 horas al día, siete días a la semana, dedicados a responder a estos reportes inmediatamente”, indicó.
De acuerdo con Facebook, los usuarios consideran que el “contexto y tono” de un video: “Por ejemplo, si una persona ve un tiroteo y usa Facebook Live para concienciar o encontrar al tirador, lo permitimos. Sin embargo, si alguien comparte el mismo video para burlarse de la víctima o celebrar el acto, lo removemos”.
La proliferación de videos en vivo tiene consecuencias para las organizaciones de noticias, también. Cientos de millones de usuarios de Facebook con celulares es igual a cientos de millones de camarógrafos potenciales.
“¿Es mejor vivir de esta forma?”
Los testigos de Dallas ayudaron a las televisoras a subir videos sumamente necesitados en las horas siguientes al ataque.
“Lo único cierto sobre esta noche: Si algo pasa, alguien con una cámara lo captará y probablemente lo transmitirá en vivo” dijo Jonathan Wald, quien produjo las primeras cuatro horas de cobertura en Dallas para CNN.
También hay preguntas más profundas sobre lo que el acceso a videos en vivo significa para los productores y consumidores.
Mathew Ingram, de Fortune, dijo que el aumento de videos y periodismo ciudadano, ha hecho “que el mundo se vea como un lugar más caótico y peligroso de lo que era”.
“¿Es mejor vivir de esta forma porque sabemos lo que pasa a nuestro alrededor, y tenemos la sensación tangible de la violencia? ¿O eso empeora las cosas y causa más problemas de los que resuelve?”.
CNN