Cuando se suscitan cambios bruscos del clima, como el descenso abrupto de la temperatura, las personas, principalmente aquellas que cuentan con algún antecedente alérgico, fácilmente entran en descompensación si no están protegidas y no mantienen un control estricto con su médico de confianza.
Una laringitis puede desencadenar en un cuadro obstructivo por alergia, al igual que una bronquiolitis y el asma, este último clasificado como enfermedad crónica con un importante índice de mortalidad si no es tratada en tiempo y forma.
La rinitis alérgica es otra afección que requiere vigilancia de un especialista. En este grupo se halla el resfrío común que trae consigo constipación nasal y secreción permanente.
La cartera sanitaria aconseja recurrir al servicio de salud más cercano si presenta fiebre (mayor a 38°), dolor de garganta, tos, dolores musculares y articulares, congestión y secreción nasal, malestar general, falta de apetito, dolor de cabeza, fatiga, dificultad respiratoria, para recibir el tratamiento correspondiente. Asimismo, realizar un control permanente de los cuadros alérgicos, e insta a no auto tratarse, lo que implica evitar el consumo de medicamentos sin previa prescripción del médico.
La automedicación no debe consentirse bajo ningún sentido, ya que esta práctica puede complicar el cuadro del paciente en vez de mejorarlo.
Recomendaciones
A los efectos de impedir una propagación masiva de las enfermedades respiratorias, el Ministerio de Salud recuerda tener en cuenta como medida preventiva evitar pasar la mano, compartir el mate o cubiertos con personas que presentan visiblemente síntomas respiratorios (goteo nasal, tos o catarro).
La transmisión del virus de la gripe o influenza ocurre de persona a persona, a través de pequeñas gotitas de saliva que se generan al hablar, toser o estornudar. Se transmite igualmente al tocar superficies contaminadas con el virus, como por ejemplo manijas, juguetes, teléfonos, barandas, teclados, etc., motivo por el cual la práctica de hábitos higiénicos juega un papel fundamental en materia de prevención.
Se aconseja enfatizar en:
Lavado de manos. La higiene frecuente de las manos es la principal medida de prevención contra esta y otras enfermedades. Se recomienda realizarla después de tocarse la boca, la nariz y los ojos, y sobre todo luego de entrar en contacto con secreciones (saliva y moco). No olvidar higienizarse antes de comer y preparar los alimentos y después de utilizar el baño.
Cubrirse al toser o estornudar. Esta práctica es fundamental para impedir que el virus de la gripe se propague y se logra al cubrirse la boca y la nariz con un el ángulo interior del codo o con la ayuda de un pañuelo desechable. No se aconseja cubrirse con la mano, puesto que de esta manera se puede propagar el virus a las personas y a los objetos.
Utilizar de tapaboca si se halla con síntomas respiratorios, de manera a evitar la transmisión de la enfermedad a otros.