“Tenemos unas 20 a 25 ambulancias, de las cuales algunas ya cumplieron su vida útil, pero siguen funcionando. Muchas veces el seguro no se quiere hacer cargo ya de las reparaciones y otros menesteres”, expuso Alma Amarilla, funcionaria del SEME, en contacto con La Unión.
Aseveró que la situación se agrava porque no tienen un taller mecánico exclusivo para las ambulancias, citando como ejemplo que el mantenimiento de los frenos recién se les hace a los vehículos cuando “ya tocan hierro”. “No debería ser así, ¿pero qué vamos a hacer si hace 3 años que ni taller tenemos?”, lamentó.
Ante esta situación, dijo que los funcionarios mismos son los que deben “manguerear” las ambulancias. “No debería ser así en tiempos de pandemia. Estamos trabajando con COVID, con neumonía, con fibrosis quística, con KPC. No tenemos dónde lavar”, repudió Amarilla.