En Pekín, China, tuvieron una idea brillante para que las personas ganaran algo a cambio de reciclar. Hace unos años, instalaron máquinas expendedoras en estaciones de metro a lo largo de toda la ciudad. Pero éstas no están llenas de comida chatarra, bebidas o productos tecnológicos como en otros lugares del mundo. Estas máquinas reciben botellas de plástico desocupadas, las escanean (para ver el valor del plástico) y a cambio entregan a las persona crédito para el transporte público o para el celular. Incluso los turistas que no buscan ningún tipo de financiamiento, pueden hacer uso de éstas.
Esto significa que la cantidad de plástico que se puede reciclar todos los días gracias a una sola máquina es bastante alta. Además, según un funcionario de la empresa que ejecuta la idea, es tan fácil de usar como un cajero automático.
Vía: upsocl