La llegada del enviado de los Estados Unidos de América se producirá en una semana en la que el proyecto de enmienda para habilitar la reelección podría ya ser aprobada en la Cámara de Diputados.
El diplomático norteamericano asumió al cargo el 20 de enero pasado, nombrado por el Presidente Donald Trump. Se encarga de guiar las relaciones diplomáticas entabladas por Estados Unidos en el Hemisferio Occidental. Así mismo, realiza asesorías a Rex Tillerson, Secretario de Estado de EE.UU.
El arribo de Palmieri se dará luego del pronunciamiento de la embajada norteamericana con profunda preocupación, a través de un comunicado, sobre las violentas protestas ocurridas el viernes 31 de marzo y repruebe de manera tajante el incendio del Congreso Nacional.
En el documento, el gobierno norteamericano afirmó que el diálogo pacífico, incluyendo las protestas y manifestaciones pacíficas, son más que importantes para cimentar toda democracia, por lo que “llamamos a las autoridades paraguayas, a ejercer moderación y evitar más violencia”.
Pidieron al Gobierno trabajar de forma conjunta y transparente para resolver los problemas que desataron las violentas protestas posteriores.
La Embajada de los Estados Unidos de América cuestiona de manera abierta el proceso en el que se desarrolló la aprobación del proyecto de enmienda por 25 senadores oficialistas, en una “sesión extraordinaria”, totalmente irregular, en la que dieron media sanción al criticado proyecto.
“Cualquier proceso de revisión de la Constitución paraguaya debe hacerse de una manera transparente y abierta, respetando los procesos democráticos e institucionales de acuerdo con la Constitución del Paraguay”, asegura el documento oficial. De acuerdo a fuentes de la Cámara de Diputados, el encuentro fijado para este martes con Hugo Velázquez fue solicitada por los diplomáticos estadounidense.
En principio, el tratamiento del proyecto está pendiente de lo que resuelva la mesa de diálogo convocada por Horacio Cartes, donde participa él mismo, el Frente Guasu, el PEN, la ANR y la Iglesia como intercesora.
Las reuniones se llevan a cabo sin la participación de los sectores que reprueban la violación a la Constitución Nacional. Velázquez había prometido que no tratará el proyecto de enmienda hasta que culmine la mesa de diálogo.