El jefe del Departamento de Justicia de Estados Unidos, William Barr, les dio este lunes a fiscales federales -de todo el país- su autorización para abrir investigaciones sobre irregularidades en el voto, mientras el mandatario Donald Trump sigue afirmando que perdió las elecciones presidenciales debido a que hubo fraude.
Barr -un leal aliado de Trump- afirmó en su carta a sus fiscales que esto no es una indicación de que el Departamento de Justicia tenga ya evidencia de casos genuinos en la elección que ganó el demócrata Joe Biden. Sin embargo, esto libera a los fiscales de antiguas restricciones para este tipo de investigaciones, en medio de un agudo debate político en Estados Unidos en el que los republicanos denunciaron que hubo votos ilegales e ilegalidades en el conteo, sin aportar evidencia.
“Dado que las votaciones en las actuales elecciones concluyeron, los autorizo a investigar denuncias significativas de irregularidades en el voto y en el proceso de recuento, antes de la certificación de las elecciones en sus jurisdicciones”, indicó Barr.
El alto funcionario nombrado por Trump dijo que “estas investigaciones o revisiones deben ser conducidas cuando hayan denuncias que sean claras y aparentemente creíbles de irregularidades, que si se comprobaran ciertas, podrían potencialmente tener impacto en el resultado de la elección federal en un determinado estado”.
Alto funcionario presenta su renuncia
Después de esta notificación, el jefe del servicio responsable de delitos electorales -que supervisa las investigaciones de fraude- Richard Pilger, anunció su renuncia, según varios medios nacionales.
Pilger explicó su decisión en un correo electrónico enviado a su equipo: “después de estudiar las nuevas reglas y sus ramificaciones, desafortunadamente tengo que renunciar a mi cargo”, escribió, según The New York Times.
Habitualmente, las investigaciones de fraude son competencia de los estados, que establecen sus reglas. La política hasta ahora del Departamento de Justicia ha sido de esperar que los recuentos de votos estén certificados, se complete el recuento y que ya hayan concluido las elecciones antes de implicarse.
Sin embargo, Barr argumentó que esta práctica nunca ha sido una regla tan fuertemente vinculante y que si ven cualquier elemento que pueda revertir los resultados de la elección del 3 de noviembre, deberían investigarlo.
Trump, en una postura sin precedentes para un presidente estadounidense, sigue sin reconocer el triunfo de su rival, insistiendo en las acusaciones de fraude. Pero aunque su equipo ha recurrido a los tribunales, no se han conocido pruebas de irregularidades significativas.
Con información de Reuters y AFP.