Salazar comentó que realizaron visitas a tres localidades, la primera, Pozo Hondo, un muy carenciado pueblo paraguayo en la frontera con Argentina, donde constataron que el cauce del río Pilcomayo está con agua. “Necesitamos -a la par que facilitar la entrada de agua al Paraguay río abajo- también permitir que la aguas lleguen a las embocaduras, tiene que ser un trabajo conjunto con Argentina”.
Pozo Hondo es un pequeño pueblo paraguayo ubicado en la frontera con Argentina. Para llegar al lugar desde Asunción es necesario recorrer casi 800 kilómetros; de este tramo, 280 kilómetros son de tierra. Los pobladores claman mejor atención del gobierno, salud, educación y la falta de energía eléctrica son principales necesidades, para exceder a los servicios básicos, los paraguayos deben cruzar la frontera. “Me ofrecieron una gaseosa que demoró tanto pero llegó bien fría en un lugar donde no hay energía, me llamó la atención y me dijeron que tienen su heladera del otro lado del puente”, comenta el Ing. Salazar.
En otro punto, las autoridades aprovecharon para pactar acuerdos con representantes de la provincia de Salta. “Acordamos acciones en ambas partes para permitir el paso de las aguas, hay que sacar los palos bobos del lugar (material natural que se reproduce en el agua y estanca el paso)”.