Las autoridades médicas han indicado que se están realizando todos los esfuerzos para estabilizar su salud, mientras el Pontífice permanece bajo estricta vigilancia médica. A pesar de la gravedad de la situación, no se han dado más detalles sobre su evolución.
La comunidad internacional sigue atenta a las actualizaciones sobre su estado, con innumerables muestras de apoyo y oraciones por su pronta recuperación provenientes de fieles y líderes religiosos de distintas partes del mundo.