El Pontífice envió la carta a los obispos y directores de instituciones religiosas un día antes de que la comisión, que él estableció el año pasado, celebre su primera reunión completa.
En la carta, el Papa dice: “Se debe continuar haciendo todo lo posible para erradicar de la Iglesia el flagelo del abuso sexual de menores y adultos vulnerables, y abrir un camino de reconciliación y curación para quien ha sufrido abusos”.
“Las familias deben saber que la Iglesia no escatima esfuerzo alguno para proteger a sus hijos (…) no se podrá dar prioridad a ningún otro tipo de consideración, de la naturaleza que sea, como, por ejemplo, el deseo de evitar el escándalo, porque no hay absolutamente lugar en el ministerio para los que abusan de los menores”, agregó.
Una integrante de la comisión, Marie Collins, de Irlanda, quien fue víctima de abuso sexual, dijo a Reuters que los miembros del grupo pidieron al Papa que escriba una carta para impedir cualquier resistencia de los obispos hacia su trabajo.
Los 1.200 millones de miembros de la Iglesia Católica se han conmovido por el escándalo que involucra el abuso sexual de niños por parte de sacerdotes en todo el mundo en los últimos 15 años.