El horror del orfanato donde las monjas abusaban de las niñas

“Yo era como una niña rechazada. Iba de hogar de cuidado en hogar de cuidado. Fue una niñez muy dura, pero cuando llegué al orfanato vi crueldad más allá de lo que podía imaginar”.

“Nos desnudaron para revisarnos. Ahí estaba esa monja con una gran olla que contenía una cosa blanca y una brocha. Nos pintó de pies a cabeza con una suerte de loción, en caso que tuviésemos piojos o algo así”.

Este es el relato de “Irene Kelly” de lo que fue su experiencia en el instituto dirigido por la Iglesia católica en Dublin, Irlanda, desde los 6 a 11 años de edad, durante la década de los 60.

Irene, nombre escogido para proteger su identidad, cuenta que “eventualmente me llevaron a la guardería. Pero ahí fue donde comenzaron a abusarme sexualmente. Llegó un punto donde ya no podía aguantar más esa situación. Así que un día decidí meter mis dedos dentro de un enchufe de corriente.

Lo único que recuerdo es que desperté y estaba un doctor al lado de mi cama. El doctor me preguntó por qué lo había hecho.

Yo le dije que por toda la crueldad y el dolor. Y una monja me interrumpió y le dijo al médico: “se lo dije, esa niña es un demonio. El diablo está dentro de ella”.

En 1999 se registró una oleada de denuncias sobre abusos en escuelas, orfanatos e instituciones dirigidas por representantes del catolocismo. Para diciembre de 2014 se habían recibido 16.626 denuncias, de los cuales 15.527 obtuvieron compensación financiera.

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