Un gato siberiano llamado Mir (que significa ‘paz’ y ‘mundo’ en ruso), fue regalado por el presidente ruso, Vladímir Putin, al gobernador de la prefectura japonesa de Akita, Norihisa Satake, en febrero de 2012. El felino vive en esta región del norte de Japón y “se encuentra bien”, informa la agencia TASS citando al propio gobernador.
El gobernador ha publicado en su página web seis fotos del gato, en las que aparece mirando con curiosidad a la cámara, y ha explicado que lo hizo en respuesta a las numerosas peticiones de la prensa después de que Putin mostrara en Moscú a los periodistas japoneses las habilidades de su perra Yumé.
La prefectura de Akita obsequió a Putin con este perra, de la raza japonesa Akita Inu, como muestra de agradecimiento por la ayuda que Rusia prestó al país tras el devastador tsunami de 2011. En respuesta, los nipones recibieron de Moscú al gatito Mir.
Debido a las estrictas leyes japonesas, Mir se vio obligado a estar medio año en una zona de cuarentena del Aeropuerto Internacional Narita de Tokio antes de poder instalarse en la casa del gobernador.