“León sigue tranquilito en su cama del Hospital Clínico de la UC, ya no está conectado al corazón mecánico que lo mantenía con vida y ahora solo él puede decir cuándo partir”, de esta forma describió Juan Guillermo Smith el estado de su hijo, el pequeño León, que esperaba un trasplante de corazón.
Debido a que sus exámenes mostraron que León sufría múltiples infartos cerebrales, sus padres decidieron desconectarlo y dejarlo descansar.
El padre del pequeño, Juan Guillermo Smith Alarcón, señaló vía redes sociales que “llegamos al final del camino, no podemos contestar,y estaremos con él hasta el final. Gracias a todos por su compañía. No estamos en condición de responder llamados y agradecemos cada segundo de cariño. Él está tranquilito y lo acompañaremos con el amor que ha tenido su extraordinaria vida. Un abrazo y gracias por el cariño, los queremos”.
Juan Guillermo Smith agregó que León “sigue acá tranquilito, le damos amor, él decidirá cuando partir, por mientras llenarlo de mimos”.
Además, hizo un llamado a la sociedad en general: “Chicos, sean donantes, ayer ya se perdió una vida de alguien que esperaba un hígado. León murió y volvió cada vez (8 veces) para dejarnos ese mensaje. Él no llegó a un transplante, pero ojalá gracias a él otros sí puedan. Aquí lo acompañamos con mucho amor”, manifestó.
León Smith padece una miocardiopatía dilatada, afección que en su corta vida le había provocado ocho infartos y que lo tuvo a la espera de que existiera una luz que le permitiera seguir viviendo, un trasplante de corazón que finalmente no llegó y que ningún ser humano hizo posible que pudiera llegar.
En una entrevista en CNN, Juan Guillermo Smith planteó la necesidad de que se forme, se eduque a la ciudadanía, a los chilenos en materia de trasplantes, comprendiendo que el caso de León no es el único en el país, que muestra su cara menos amable a la hora de hablar de lo más humano posible, la vida.
“El corazón que espera León no es un problema de política pública simplemente, tampoco tiene que ver con la ausencia de voluntades urgentes para hacer de Chile un país de ‘donantes’. Tras toda esta historia lo que se nos enrostra es una forma de comprendernos en relación con lo que podría ser el otro –el prójimo, si se quiere en nomenclatura cristiana, a la cual, debo decirlo, no pertenezco–”, decía Javier Agüero, filósofo de la Universidad de París, hace unos días en su columnaCorazón de León.
La razón en las palabras de Agüero remite a lo primordial en la historia de León, que es la historia de todos y cada uno de los miembros de este país, “el corazón que le falta a este valiente niño es un navajazo a la sociedad que hemos construido y que hemos tallado cada vez que lo ‘nuestro’ se siente bajo amenaza. Dar es darlo todo, no ‘algo’, sino todo”.
Y ese todo, del que tanto se ha hablado en estos días, no alcanzó para el pequeño León.