Roisentul comentó que Israel, de 9 millones de habitantes, implementó un plan de vacunación muy exitoso con las fórmulas de los laboratorios norteamericanos Pfizer y Moderna. “Más del 60% de la población ya ha sido vacunada en menos de tres meses y desde el margen de edad de 16 años para adelante fue vacunada en un 80%”, destacó el especialista en diálogo con La Unión, sumando a la misma vez que las medidas establecidas por el gobierno local para evitar la propagación del virus y el acatamiento de la ciudadanía para cumplirlas han sido las tres claves para que este país de Oriente Medio casi ya alcance la inmunidad de su población.
“El país estuvo cerrado herméticamente. No se permitió la entrada ni salida de gente en todo ese tiempo. Lugares como restaurantes, gimnasios y otros estuvieron cerrados”, detalló como ejemplo de las restricciones instruidas por el gobierno.
De hecho, indicó que este éxito se ve reflejado en los números actuales, ya que el Ministerio de Salud local contabiliza solo cerca de 100 contagios por día, cuando en el peor momento de la pandemia llegó a registrar 10.000 casos diarios. “Hace un mes, teníamos activos 40.000 enfermos. Hoy no superamos los 4.000”, enfatizó. Así mismo, dijo que esta situación se observa en los hospitales, debido a que muchas unidades de terapias intensivas que hasta hace poco eran utilizadas para atender a pacientes COVID ya fueron desconfinadas o están siendo usadas para internar a pacientes polivalentes. Aseveró que ayudó de manera clave también el sistema de salud público israelí, destacando que el 100% de su población está registrada en seguros médicos.
En ese orden, Roisentul afirmó que, por disposición del gobierno, “desde este domingo las personas podrán dejar de usar barbijos en las calles y otros lugares públicos”. Aclaró que en los lugares cerrados, como gimnasios, cines y restaurantes, no estará permitido aún dejar de utilizar tapabocas y que solo podrán estar así quienes posean un “Pase Verde”, dispositivo digital que se le envía al teléfono celular a la persona ya inmunizada totalmente, es decir, tras haberse aplicado las dos dosis. Aclaró que este dispositivo ha sido también clave tomando en cuenta que la vacunación contra el coronavirus no es obligatoria, pero que “con el Pase Verde no podés hacer ciertas cosas. Por ejemplo, un médico sin el Pase Verde no puede trabajar en el hospital”.
Detalló que, hasta el momento, Israel ha contado 6.000 muertos por la enfermedad, cifra que en las últimas semanas se ha ido ralentizando notoriamente.
Así mismo, el experto destacó que el gobierno israelí desplegó un magnífico plan de asistencia y seguros de desempleos a los trabajadores para paliar la crisis económica provocada por la pandemia.
Mencionándole la situación actual de nuestro país, que atraviesa la peor parte de la pandemia, dijo que “es muy duro” y que el Gobierno debe establecer acuerdos con los laboratorios fabricantes de las vacunas anti-COVID.
Roisentul es odontólogo de 55 años de edad y trabaja como director de cirugía maxilofacial en un hospital del noreste de Israel y desde que se inició la guerra civil en Siria, en 2013, ha atendido a unos 4.000 heridos, de los cuales el 17% fueron niños. El médico cirujano realizó este trabajo pese a que ambos países sean enemigos históricos. Esta actitud y labor lo han llevado a ser actualmente uno de los candidatos al premio Nobel de la Paz.