El economista Amílcar Ferreira se mostró absolutamente de acuerdo con la decisión del gobierno en aumentar el salario mínimo en G. 140.500. Negó que la decisión del Ejecutivo traiga consecuencias negativas como la inflación. Además, agregó que será beneficioso para el comercio, ya que, como las personas que perciben el salario mínimo destinan casi todo sus ingresos al consumo, este ajuste se convertirá también en el mencionado punto, lo que generará mayor actividad de transacciones debido al mayor poder de compra.
Sugirió que es más conveniente hacer pequeños ajustes anualmente de un 3% del salario mínimo, de modo a que la economía tenga mayor capacidad de absorber el impacto, a comparación de este reajuste, que se lleva a cabo luego de 30 meses y tras una suba del 10% de la inflación desde el momento en que se realizó el último aumento.