EFE. El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, dijo este lunes en Jaramijó (provincia de Manabí, noroeste) que 88 escuelas se desplomaron por efecto del temblor que, con una magnitud de 7,8 en la escala de Richter, sacudió con mayor intensidad la provincia de Manabí y el sur de la de Esmeraldas.
Correa confió en que progresivamente retomen la actividad educativa todos los estudiantes y en que el 4 de julio todos los alumnos estén de nuevo en sus aulas.
Anunció que se instalarán 25 unidades educativas móviles prefabricadas que acogerán hasta 75.000 alumnos de la provincia de Manabí.
El mandatario destacó que durante los nueve años que lleva en el poder se han invertido 21.000 millones de dólares en educación y de ellos, cerca de 2.000 en la provincia de Manabí, y rechazó las críticas de quienes le acusan de derrochar recursos.
Correa arremetió contra políticos críticos y contra ciertos medios de comunicación que, según dijo, le reprochan no haber contado con fondos de liquidez para hacer frente a los gastos derivados de la catástrofe.
“Con los 30.000 millones que nuestra oligarquía tiene fuera del país, en paraísos fiscales, se podría hacer seis veces las Escuelas del Milenio que necesitamos, se podrían hacer cerca de 5.000 Escuelas del Milenio, cuando solo requerimos 900”, aseguró en referencia al modelo de centros educativos que impulsa su Gobierno.
También rechazó que disponer de fondos de estabilización hubiera sido la mejor solución ante los gastos ocasionados por el terremoto, pues disponer de 2.500 millones de dólares hubiera aliviado la falta de liquidez, pero hubiera significado no disponer de carreteras, puentes y hospitales o del servicio de Emergencias ECU 911, argumentó.
“Y la tragedia hubiera sido mucho mayor”, declaró el presidente al subrayar que su Gobierno ha tomado “felizmente, las correctas decisiones”.