“Estamos en Villa Gessel, fuimos con mi mujer (Graciela Sosa) a rezarle un rosario y prender una vela a él allí, donde sucedió el hecho. Tengo un dolor tan grande que no sé ni cómo explicarlo (…) Me duele en el alma porque estuve tan lejos de él sin poder darle una mano”, expresó don Silvino en comunicación internacional con Nuestra Mañana a través de La Unión.
Indicó que junto con su familia, que es de origen paraguayo, seguirán pidiendo justicia “hasta que los asesinos sean condenados”. “Ahora los ocho están presos en La Plata y dos están sobreseídos. El juicio oral y público será el 2 de enero de 2023 en Dolores. Confiamos en la justicia argentina y queremos que estos cobardes asesinos sean condenados con la pena más alta, que es la cadena perpetua”, afirmó el hombre.
Recordó a su hijo como un joven muy bueno, estudioso, sano, cariñoso y voluntarioso. Mencionó que estaba por cumplir 19 años y “quería estudiar y ser profesional, pero todo eso terminó en Villa Gesell”. “Tratamos de seguir sobreviviendo porque ya no hay lindos momentos. Todo eso ya se fue con Fernando”