Desde su juventud, Tim Bergling mostró un fuerte interés por la música, dominando distintos instrumentos entre los que se encontraba el piano y la guitarra clásica. A pesar de eso decidió crear música electrónica para llevar a las personas a otro mundo en el que sólo existe el baile y la felicidad e integró los sonidos con los que creció, creando un fenómeno muy diferente al resto de sus contemporáneos. Inspirado en las creaciones clásicas, Avicii usaba todo en su poder para crear sinfonías eléctricas que hicieran vibrar a la audiencia. Por ese motivo resulta tan trágica su muerte. A pesar de que le dio tanto al mundo, nadie pudo salvarlo de su —quizás— inevitable destino.
«Todo el mundo conoce a Avicii, pero pocos conocen a Tim», es una de las frases que más resuena del documental True Stories, que revela mucho sobre su vida y los factores que posiblemente influyeron en su muerte en 2018. El director Levan Tsikurishvili menciona esas palabras refiriéndose al lado del músico que rara vez mostraba en público y que lo afectó terriblemente, frenando su proceso creativo y llevándolo en una espiral de depresión.
El documental estrenado en Netflix el 2 de abril —pero que fue retirado después de su muerte, posiblemente por respeto a la familia y por mostrar la realidad detrás del músico— es un retrato fly on the wall en donde Tim se abre con sus fanáticos y a la cámara, expresando la tragedia que llegó junto con su éxito. «Es demasiado. No me gusta ser el centro de atención», le confiesa a la audiencia, mientras detalla sobre su sensible personalidad, cómo él sólo buscaba que su música se escuchara y que subirse a los escenarios cambió su vida, pero de una forma negativa.
Descrito como “una historia con moraleja que explota la naturaleza y el costo de la intensidad de la fama” True Stories además de contar el ascenso a la fama del músico, muestra cómo Berlinger se refugiaba en el alcohol para lidiar con los escenarios y la vida de rockstar. En el trabajo, Bergling también reveló que sufría de pancreatitis aguda, una condición en la que el páncreas se inflama por un problema de digestión, lo cual afecta constantemente el órgano y que eventualmente le puede quitar la vida. Esta enfermedad puede empeorar con el alto consumo de alcohol.
«Viajas, vives en una maleta, vas a este local de espectáculos, hay alcohol gratis por todos lados; es algo extraño que no bebas… no esperaba que durara. Se volvió un hábito, porque te apoyas en ese valor y autoconfianza que obtienes del alcohol, y entonces te vuelves dependiente», mencionó en algún punto el DJ y justamente su consumo hizo empeorar su pancreatitis, lo cual lo hizo retirarse de los escenarios en repetidas ocasiones. En el documental Tim se abre más al respecto y entre miradas tristes, confiesa que aunque intenta alejarse de eso, le parece imposible.
De igual forma, en True Stories se revela el espíritu filantrópico del músico. A lo largo de su carrera, Avicii participó con distintas organizaciones para eliminar la hambruna en zonas de bajos recursos en distintas partes del mundo, tanto en África, como en Estados Unidos. Asimismo, en el documental distintos colegas —David Guetta, Wyclef Jean y Chris Martin de Coldplay— hablan sobre su amistad, su trabajo como profesional y cómo los influyó en sus trabajos, señalándolo como un rayo de luz en la escena del EDM.
La obra está acompañada de distintas presentaciones del músico, otras confesiones que profundizan en su depresión y la forma en la que trataba de luchar contra ella. Resulta lamentable que Netflix la haya quitado de su catálogo, especialmente porque es una obra de amor que busca mostrar el genio detrás de Avicii y su lado más humano. Es un fuerte retrato de un artista contemporáneo que pelea contra sus demonios, pero también revela su luz interna, aquella que lo hacía crear sinfonías sin fin para bailar y perderse.
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Fuente: Cultura Colectiva