La mujer asumió el cargo de directora de Cultura en el último mes del 2015, pero recién el pasado 27 de julio, el ministro de Educación Enrique Riera firmó su comisionamiento a la municipalidad luqueña.
El la municipalidad, Arrúa cobra G. 5.700.606 (sueldo base de G. 4.502.606, con una bonificación por responsabilidad de G. 1.000.000 y un subsidio para la salud de G. 198.000). El MEC le paga por cumplir las mismas funciones un monto total de G. 4.149.540; totalizando la suma de G. 9.850.146 como directora de Cultura de la ciudad.
En su defensa, la mujer no negó que percibe salarios de ambos sectores, pero asegura que como docente eso es permitido. También expresó que cumple con funciones en el MEC desde su domicilio y que eso es parte de un “enlace especial” del ministerio con la comuna.
En diciembre de 2015, Arrúa dejó la Supervisión Pedagógica de Luque, y solicitó ser trasladada a dos instituciones educativas: La escuela Santo Tomás, como coordinadora pedagógica del turno noche y al colegio Defensores del Chaco, como bibliotecaria. Sin embargo según informes presentados por los directores de ambas instituciones, ante el supervisor administrativo regional 9 de Luque, Luis Alberto Flores, denuncian que la mujer nunca cumplió esas funciones.
Arrúa de Martínez señaló que hizo los papeleos necesarios para que le salga el comisionamiento “para que nadie me pueda acusar de planillera. Pude haber figurado en un colegio por mucho tiempo y no ir a cumplir, yo no estuve de acuerdo con eso y por eso hice el pedido especial”, dijo tratando de justificar las denuncias.
Sentenció diciendo que su marido es abogado y que se enmarcó dentro de lo legal tratando de prever este hecho.