González aseveró su idea de crear un “cementerio especial” para muertos a causa del COVID-19 porque de esa manera se evitará el traslado de estos cadáveres hasta una morgue judicial y exponer a los familiares a contagios.
“La persona que fallece en el hospital por COVID-19, inmediatamente es metida en una bolsa y queda sellada. En un plazo máximo de dos horas la funeraria debe retirar el cuerpo. Se refuerza la bolsa para el posterior entierro”, aseveró la directora en diálogo con La Unión, recalcando que no está permitido que familiares estén “ni 5 minutos” con el cadáver.
Sobre el punto, ratificó que por seguridad no debe llevarse a cabo velorio ni similares, sino directamente trasladar el cuerpo dentro del féretro hasta el cementerio. “Hasta a la sala de internación los familiares quieren entrar y eso no está permitido, porque sale contagiado del COVID y después contagia a otras 10 personas mínimo”, subrayó.
Señaló que hay personas insolventes que no pueden pagar un lugar en el cementerio para enterrar a su familiar fallecido, motivo por el cual también refuerza su idea de los “cementerios exclusivos” para víctimas del coronavirus.
“Entre nuestro hospital y el INERAM estamos liderando el ranking”, expuso González. El Hospital Nacional de Itauguá actualmente registra un promedio de 5 fallecidos por día a causa del coronavirus, recibiendo a pacientes provenientes de distintas partes del país.
En el centro asistencial fue habilitado recientemente una “Morgue COVID-19”. No obstante, de acuerdo con el protocolo sanitario del Ministerio de Salud, los cuerpos de las víctimas fatales de esa enfermedad deben ser retirados en el mismo día de las muertes.