El estanciero Pedro Galli fue obligado por el grupo armado a repartir carne vacuna a comunidades indígenas. El aviso llegó a él por medio de un panfleto que entregó Franz Wiebe tras ser liberado de su secuestro por el EPP.
Riera explicó que Galli está siendo asesorado ante la amenaza, pero reclamó que el gobierno esté brindando nulos resultados en materia de seguridad. Además se negó a la idea de que los ciudadanos deban someterse a las exigencias de la guerrilla, ya que no parece haber otra salida.
“Pareciera que en este país el crimen sí premia. Entonces ¿para qué voy a trabajar?”, dijo Riera explicando el mensaje que resalta ante la lucha que el Estado está perdiendo ante los criminales.
El entrevistado se mostró indignado por la situación y preocupado por una solución urgente. “Llegó el momento de decir basta y pedir que se cumpla el rol del Estado”, apuntó.