“El hombre descubrió ciertas circunstancias familiares y conversaciones que le hicieron desconfiar de que probablemente lo estaban espiando. Verificó su vehículo y encontró un GPS escondido. Recurrió a una escribanía para dejar constancia de esta situación y pidió la desinstalación del equipo por parte de un técnico, para luego formular la denuncia respectiva”, dijo el fiscal del caso, Juan Olmedo, en conversación con Enfoque 800 por La Unión.
Tras ello, el hombre de 42 años descubrió que el chip mediante el cual funcionaba el GPS en su camioneta estaba a nombre de su esposa, con quien está en trámites de divorcio, y que estaba activo desde enero del 2020.
El agente del Ministerio Público aseveró que la mujer ahora está imputada por supuesta lesión del derecho a la comunicación y a la imagen. “Uno no puede instalarle micrófono a alguien y escuchar conversaciones que no son dirigidas a él. Uno tiene el derecho a la intimidad y a la libre comunicación, que son los bienes jurídicos protegidos por este tipo legal”, señaló.
Indicó que la mujer se expone a un marco penal de hasta dos años de prisión o multa. “Se abrió un proceso penal y, ya producto de ello, se verá qué se logra. Durante un plazo de 6 meses el Ministerio Público presentará el requerimiento que corresponda”, explicó.