“El defensor es un señor déspota y dictatorial. Con él no se puede conversar. Él ordena y uno tiene que hacer lo que él dice. Con él no hay ningún momento para conversar u opinar de manera diferente a él. Son los maltratos que uno recibe como funcionario de la Defensoría del Pueblo (…) A mí me maltrató, me discriminó, incluso tenía un cartel que decía ‘Ana Laura la gorda’ (…) Él es un hombre muy violento, maltratador. Yo quiero que las compañeras que ya fueron desvinculadas se animen a denunciar”, expresó la denunciante, Ana Laura Rojas, en diálogo con La Unión Hace La Fuerza por Unión TV y radio La Unión.
Indicó que el hecho de que ella, como funcionaria de la defensoría del Pueblo haya sido su empleada doméstica, es solo el inicio de las cuantiosas irregularidades cometidas por Godoy en la institución, como por ejemplo el “privilegio” de una bonificación superior al 30% al que acceden funcionarios “de su primer anillo” y, en contrapartida, la contratación por solo un mes de otras decenas de funcionarios. “Los empleados firman contrato por un mes y el próximo mes ya no saben si siguen”, dijo.
También denunció que varios funcionarios nombrados no tienen seguro médico. “Supuestamente no hay dinero para pagar pero todo eso ya está presupuestado”, expresó. A la misma vez, mencionó que Godoy cobra a los objetores de consciencia, cuando en realidad eso le corresponde a otra institución. “Entre 2020 y 2021 fueron 2.000 objetores a los que se les cobró cinco jornales a cada uno. Él no justifica ese dinero”, dijo.
Rojas aseveró que todo lo denunciado provoca “una situación que atropella todos los derecho humanos y laborales”. Sobre el punto, lamentó que todo esto le suceda a ella en particular considerando por todo el sacrificio que había hecho en su trabajo para ascender de puesto.