“El sábado fue bastante duro, porque cerramos las puertas para el público. Son tres años de haber empezado Ñande Bar y ahora lo que siente es mucha impotencia y rabia. Todo se resume ahí”, manifestó Pintos en contacto con La Unión, mencionando que desde que inició la cuarentena a raíz de la pandemia las ventas cayeron estrepitosamente hasta 80%, escenario que provocó que con el paso de los meses, de 15 empleados que poseía, actualmente solo cuente con 4.
La decisión incluyó la venta de muebles, utensilios de cocina, equipos de sonido y hasta computadoras.
“El Gobierno no tiene la culpa de la pandemia, por supuesto que no, pero sí tiene la culpa de las sobrefacturaciones de ANDE y ESSAP. ¿Qué pasó con el préstamo de US$ 1.600 millones? Hay gente se sigue llenando los bolsillos en plena pandemia cuando hay gente muriendo, que está quedando sin trabajo, que no tiene qué comer y encima (las autoridades) siguen robando… eso es lo que da rabia e impotencia”, repudió Pintos, lamentando que esta situación se repita en miles de negocios a nivel país.
Aclaró que Ñande Bar cerró las puertas al público pero el negocio seguirá activo en modo de envíos a domicilio o delivery.