Como se ha sabido, el martillo significa el trabajo industrial, mientras que la hoz la labor rural.
Juntos se convirtieron en uno de los símbolos más icónicos de la historia en varios de sus ámbitos. ¿Pero cómo llegaron a convertirse en emblema de la Revolución Rusa y luego de la Unión Soviética, el último imperio del siglo XX?
Natalia Murray, profesora y curadora de arte ruso de los siglos XIX y XX del The Courtauld Institute of Art, de Londres, Inglaterra, explica cómo fueron creados los íconos que viajaron por todo el mundo representando el primer movimiento de trabajador y el primer estado autodenominado comunista.
Cuando Vladímir Ilich Uliánov, más conocido como Lenin, llegó al poder en 1917, un concurso fue hecho entre artistas en busca de un símbolo para el gobierno bolchevique. La imagen vencedora tenía, además de la hoz y el martillo, una espada, íconos que representaban campesinos, empleados y soldados envueltos en el derrocamiento de 300 años de la dinastía de los Romanov.
Al recibir las propuestas, Lenin, decidió descartar la espada por poseer una “connotación beligerante”. De esta manera, la espada dio lugar a una estrella roja, cambio muy probablemente inspirado en el romance utópico “Estrella Roja”, del escritor ruso Alexander Bogdanov (1873-1928).
Otra explicación para el uso de la estrella sería que las cinco puntas representarían a los cinco continentes y además tendría relación con el “internacionalismo marxista”, que planea mayor cooperación económica y política entre las naciones en progreso del beneficio mutuo.
La imagen de la hoz, del martillo y de la estrella fue usada en la bandera de la antigua Unión Soviética. Pero el origen de la hoz y del martillo como símbolos del movimiento trabajador se remonta a otra revolución.
En la Revolución Francesa, de 1789, las dos imágenes fueron usados por insurgentes en la Comuna de París.
Los comunistas rusos adoptaron los símbolos porque evocaba el radicalismo y la clase trabajadora.
Con información de BBC MUNDO.