Las áreas prioritarias serán los suburbios urbanos, “donde hay muchos criaderos” del mosquito debido a las condiciones de insalubridad, dijo la responsable del Departamento de Salud de la FICR, Julie Hall.
Las sociedades nacionales de la Cruz Roja en Latinoamérica y el Caribe movilizarán a su red de voluntarios en esta campaña para mostrar a la comunidades cómo remover los criaderos del mosquito y sus huevos. La experta explicó que estos pueden secarse y sobrevivir varios meses, incluso a bajas temperaturas, hasta la salida de la larva en cuanto la temperatura aumenta y entra en contacto con el agua.
La OMS declaró el pasado día 1 una emergencia sanitaria de alcance internacional por el aumento de casos de microcefalia en recién nacidos y desórdenes neurológicos en adultos, que se sospecha están relacionados con la propagación del zika. “Despejar las áreas donde hay mosquitos y sus huevos es tan importante como mantenerlas limpias”, sostuvo Hall.
La experta recomendó fregar cuidadosamente todas las superficies donde hay agua estancada y tener cuidado con los recipientes de agua potable, la gestión de los desechos domésticos y con la superficie de las macetas, donde los huevos pueden reposar en residuos de agua. En entrevista con Efe, Hall precisó que estos esfuerzos deben ser continuados y de largo plazo si se quiere controlar la transmisión del virus e interrumpir el contacto del humano con el mosquito, que además del zika transmite el dengue y el chikunguña.
“Vamos a apoyar a las comunidades para que no decaigan en sus esfuerzos, que tienen que ser de largo plazo y que cada hogar debe poner en práctica a diario”, enfatizó la especialista. “Hay que restregar en las superficies donde el mosquito puede haber dejado sus huevos, que no son visibles al ojo humano, tirar el agua y asegurarse de que no regresen”, continuó.
Mencionó que incluso las hojas de los platanales, donde puede quedar depositada el agua de la lluvia, son potenciales viveros del mosquito Aedes aegypti. Hall recalcó que todas estas medidas no sólo servirán para prevenir una mayor expansión del zika, sino que también contribuirán a reducir los casos de dengue y de otras enfermedades vinculadas a las aguas sucias estancadas, como la diarrea, que cada año provoca unas 750.000 muertes.
La FICR anticipó que para cumplir ese programa tendrá que ajustar al alza su petición inicial de fondos, que era de 2,4 millones de dólares, aunque indicó que todavía estudia la financiación extra que se requiere.
Vía EFE.