Bachelet ha anunciado nueve cambios entre los 23 ministros de su gabinete, de los que cinco son nuevos nombres, y los otros cuatro ya estaban en el equipo y fueron nombrados en otros ministerios.
El cambio más importante se produjo en el Ministerio del Interior, donde el hasta ahora ministro de Defensa, el democristiano Jorge Burgos, reemplazará a Rodrigo Peñailillo, del socialdemócrata Partido Por la Democracia (PPD).
La caída de Peñailillo se debió a su descrédito al conocerse que antes de llegar al gobierno realizó asesorías para un criticado operador político oficialista que recaudó millonarios fondos de una empresa de un ex yerno del dictador Augusto Pinochet.
El único ministro confirmado era el canciller Heraldo Muñoz, que negociaba la anulación de una demanda de Bolivia contra Chile ante la Corte Internacional de Justicia, en Holanda.
Bachelet también sustituyó al ministro de Hacienda, Alberto Arenas, cuyo puesto será ocupado por Rodrigo Valdés, hasta ahora presidente del Banco del Estado. La salida de Arenas lo ha convertido en el primer ministro de Hacienda que no termina su mandato desde la recuperación de la democracia en Chile, hace 25 años.
La gestión de Arenas estuvo marcada por la tramitación de la Reforma Tributaria que, según sus propias palabras, se convirtió en el proyecto más importante de los últimos 30 años.
Marcelo Díaz, hasta hoy embajador de Chile en la Argentina, fue designado ministro Secretario General de Gobierno (vocero), en reemplazo de Álvaro Elizalde.
María Fernanda Villegas, hasta hoy ministra de Desarrollo Social, fue reemplazada por el hasta ahora subsecretario de esa misma cartera, Marcos Barraza, que de este modo se convirtió en el segundo ministro comunista del gabinete de Bachelet, junto a Claudia Pascual, ministra de la Mujer.
Los cambios también abarcaron el Ministerio de Cultura, en el que la ministra Claudia Barattini fue reemplazada por Ernesto Ottone.
Jorge Insunza, un ex diputado del PPD, fue designado ministro Secretario General de la Presidencia, en reemplazo de la democristiana Ximena Rincón, que a su vez fue designada ministra del Trabajo.
Javiera Blanco, que hasta ahora encabezaba ese cargo, fue destinada al Ministerio de Justicia, mientras el hasta hoy titular de ese cargo se convirtió en el nuevo Ministro de Defensa.
Bachelet, que había pedido la renuncia a sus 23 ministros el pasado 6 de mayo, destacó que su primer equipo ministerial “trabajó intensamente para satisfacer las necesidades ciudadanas”, con la concreción de 56 medidas prioritarias y 123 proyectos convertidos en ley desde marzo de 2014.
Durante la ceremonia, en la que los nuevos ministros juraron de inmediato sus cargos, la mandataria subrayó que su gobierno entra en una nueva fase, “tan exigente e inspiradora”, que requiere “poner renovadas energías y rostros nuevos al frente de las tareas que hemos comprometido al país y que la ciudadanía nos demanda”.
El promedio de edad del nuevo gabinete de ministros es de 51 años. Bachelet mantuvo su línea de incluir a políticos jóvenes y con poca experiencia en puestos del Gobierno.