El expresidente centroizquierdista José María Figueres lidera las preferencias con un 17%, seguido un poco más abajo por la socialcristiana Lineth Saborío, con 13%.
De cerca escoltan en las preferencias el evangélico y conservador Fabricio Alvarado, con 10,3%; el economista de derecha Rodrigo Chaves, con 8,2%; y el izquierdista José María Villalta, con 7,6%.
En los últimos días apareció el también derechista Eli Feinzaig, con 5,7%, según los sondeos del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP-UCR) y la empresa privada Demoscopia.
El sábado por la tarde algunas caravanas le pusieron un poco de calor a una elección no muy animada.
Unos 3,5 millones de electores de 5 millones de habitantes están llamados a votar desde las 06H00 hora local (12H00 GMT) y cerrarán a las 18H00 (0H00 GMT del lunes).
La única certeza del proceso electoral costarricense es la segunda ronda, programada para el 3 de abril.
Para analistas, la gran oferta de candidatos es el reflejo de un país que, a pesar de su estabilidad, sufre de enorme desconfianza política.
“No hay nadie asegurado en segunda ronda. Hay un gran porcentaje de electores que se decidirán en el último momento (31,86% de indecisos, según CIEP-UCR). Es difícil plantear escenarios, pero creo habrá dos propuestas antagónicas”, opinó la politóloga Gina Sibaja.
“El gobierno que venga tiene que hacer algo para ayudar a la gente de escasos recursos, bajar la canasta básica, darnos trabajo, darnos seguridad en los barrios, la educación debe mejorar”, sostuvo por su lado Maura Ríos, habitante del popular barrio La Carpio en la capital.
El descontento político tiene un aumento progresivo, pues el abstencionismo crece desde la votación presidencial del 2010, llegando hasta 34,3% en 2018.
Para esta nueva elección, los expertos esperan un porcentaje, como mínimo, similar.
Con información de rfi,fr.