“La mayoría de las radioemisoras viven de las pautas publicitarias. Hay pagos que se deben realizar, pago de compromisos varios y por sobre todo, sostener al personal. Nosotros no podemos parar”, manifestó Nery González, presidente de la Asociación Paraguaya de Radios y Televisión Privadas (APRAP), en contacto con La Unión.
Indicó que, además de que muchas casas comerciales, especialmente despensas de barrio, han disminuido en sus ventas y en sus horarios de atención, también lo que les golpea económicamente es la nula realización de eventos artísticos, uno de los soportes fundamentales de las radios comunitarias.
De hecho, dijo que a medida que las restricciones de circulación se alargan más preocupaciones generan en el sector de la comunicación alternativa, especialmente en las radios del interior del país.