El fiscal Federico Delfino señaló que a raíz de una denuncia realizada desde la armería de la Policía Nacional, en la que se especificaba que fusiles calibre 7.62 y FAL fueron reemplazados por réplicas de juguetes en material de madera y plástico.
Afirmó que está documentado que las armas en cuestión ingresaron a la armería de la Policía, ubicada en kilómetro 21 de la Ruta 1, en Capiatá. Sin embargo, tras una verificación llevada a cabo por la Dirección de Material Bélico (DIMABEL), se comprobó que habían desaparecido 42 armas.
Delfino anunció que enviarán informes al Departamento contra el crimen organizado. Así mismo, dijo que solicitarán ayuda a autoridades de países limítrofes ante cualquier novedad de que sea hallado en esos lugares alguna de estas armas.
El representante del Ministerio Público afirmó que ya manejan nombres de quiénes serían los responsables de la desaparición, aunque prefirió no darlos a conocer hasta hacer pública la imputación.
En este orden, detalló que la hipótesis que manejan es que las armas podrían haber sido vendidas “enteras” o por partes.