La mayoría de los diputados brasileños votaron a favor de que se archive la denuncia de corrupción contra el presidente conservador Michel Temer y no haya un juicio político por esa causa.
Cada diputado se pronunció individualmente, con derecho de palabra de 15 segundos, tras constatarse un quórum superior al exigido de dos tercios, o 342 de los 513 diputados de la Cámara, comprobó la agencia AFP.
Para que la denuncia sea encaminada al Supremo Tribunal Federal (STF), esa posición debía ser aprobada igualmente por 342 diputados, algo que parecía poco probable, después de que la oposición de izquierda fracasara en su tentativa de bloquear la sesión privándola de quórum.
A Temer le alcanzó con que 172 diputados lo apoyen, se abstengan o se ausenten para que la denuncia sea rechazada.
Si la denuncia se aprobaba, y el STF inculpaba formalmente a Temer, este iba a ser apartado de su cargo por un máximo de 180 días, en espera del fallo definitivo, que de ser incriminatorio pondría fin a su mandato. Durante el juicio lo sustituiría el presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, y luego su sucesor sería elegido por el Congreso, para completar el mandato que termina a fines de 2018.
La Cámara de Diputados de Brasil. / Foto: Reuters.
La denuncia por corrupción pasiva fue formulada por el fiscal general, Rodrigo Janot, después que a mediados de mayo se divulgaran una grabación y un video.
El video muestra al entonces diputado Rodrigo Rocha Loures, un cercano asesor de Temer, cargando una maleta con 500.000 reales (unos 150.000 dólares). Según la delación de Joesley Batista, el dinero era parte de un soborno ofrecido a Temer para favorecer los negocios de la empresa.
El fiscal Janot también podría inculpar a Temer de obstrucción a la justicia y de organización para delinquir.
Temer, del partido PMDB (centroderecha) y sus defensores afirman que la acusación es una “ficción” construida para perjudicarlo y amenazar la reconstrucción de un país que emerge a duras penas tras la peor recesión de su historia, con más de 13,5 millones de desocupados.
El fiscal general Rodrigo Janot. / Foto: Reuters.
La oposición acusa a Temer de haber liberado en las últimas semanas cuantiosos fondos para proyectos de diputados vacilantes.
Esta crisis se produce menos de 15 meses después de la caída de la presidenta de izquierda Dilma Rousseff, destituida por el Congreso por manipulación de las cuentas públicas y reemplazada por Temer, quien era su vicepresidente.
El dominio de Temer en el Congreso contrasta con su popularidad de apenas 5%, la peor desde el retorno de la democracia en 1985, según un reciente sondeo Ibope. Un 81% de los brasileños apoya además que el mandatario sea juzgado, de acuerdo con el mismo instituto.
Pero hasta ahora las calles no se han movilizado, contrariamente a lo ocurrido durante el impeachment de Rousseff, cuando millones de personas reclamaron en varias ciudades su partida.
La sesión estuvo marcada por algunos tumultos.
Diputados de izquierda pusieron en el piso una maleta abierta, que simulaban la que llevaba Rocha Loures, repleta de billetes falsos con la efigie de Temer. Durante una discusión, lanzaron los billetes al aire, que cayeron sobre la bancada oficialista.
Hubo empujones cuando diputados opositores arrancaron a partidarios de Temer muñecos que representaban al expresidente de izquierda Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010) vestido de presidiario. El ex líder sindical fue condenado recientemente a casi 10 años de cárcel por corrupción pasiva en el marco del escándalo Petrobras, pero apela la sentencia en libertad.
Demostración de fuerza
Temer buscaba una victoria holgada, como demostración de fuerza ante aliados que dudan de su capacidad de hacer avanzar los ajustes reclamados por los mercados, como una polémica reforma de las jubilaciones, que requiere una mayoría cualificada de tres quintos en ambas cámaras.
Los analistas de la consultora Eurasia Group preveían que la denuncia iba a ser rechazada “por un amplio margen (…) de 250 a 270 votos” y que el gobierno podrá en consecuencia “reiniciar las negociaciones sobre la reforma de las jubilaciones”.
Los seguidores de Dilma Rousseff piden que Michel Temer sea apartado de la Presidencia de Brasil. / Foto: Reuters.
La Bolsa de Sao Paulo cerró con ganancias de 0,93%, a 67.135 puntos, alcanzando el nivel previo a la crisis que estalló en mayo.
Asediado por las acusaciones, Temer ya perdió seis asesores de rango ministerialsalpicados por el escándalo Petrobras y tiene a otros ocho bajo investigación del máximo tribunal.
Decenas de legisladores de casi todos los partidos se hallan además bajo el foco de la Operación Lava Jato, que investiga una vasta red de sobornos en la estatal Petrobras.
Con información de AFP.