Que Twitter tiene problemas es algo que no hace falta explicar de nuevo. La compañía no genera suficiente, otras redes sociales le pisan el terreno y muchos usuarios dejan de tuitear cada año. Para colmo, según un nuevo estudio, resulta que hasta el 15% del total de cuentas de Twitter no tienen detrás a personas.
En su lugar, funcionan con “bots”, con programas que automatizan respuestas y que siguen a otras cuentas con intenciones distintas. Se puede pagar por ellos para hacer bulto en las cuentas de las personas o para ayudar a que determinados tuits tengan números más altos, pudiendo así alguien aparentar más importancia o alcance, pese a no tenerla realmente.
No son una amenaza, por ahora
En cifras, esto significa que de los 319 millones de usuarios con los que cuenta Twitter, alrededor de 48 millones serían bots. Las cifras no son firmes y el propio estudio asegura que, según otros parámetros de análisis, esa cifra podría estar en el 9%, pero incluso si ese es el caso, el estudio tiene bastante relevancia.
Por un lado, se revela que muchos de estos bots funcionan en red y tratan de actuar y relacionarse entre ellos para dar una imagen de normalidad y de “humanidad”. La mayoría de los bots son poco sofisticados y son evidentes, pero otros tienen un alto grado de sofistificación.
Por el otro, la mayoría de estos robots no tienen una influencia en los usuarios “auténticos” de la red social. No son capaces de hacer interacciones complejas que puedan, por ejemplo, conducir a una estafa. De momento, intentan ser suficientemente creíbles como para que Twitter no los detecte y los borre, que es lo que suelen hacer con las cuentes más obvias.
Por último, resulta que muchos usuarios de Twitter siguen a bots sabiendo que estos son programas automáticos. Esto se debe a cuentas de broma, como la del Big Ben; pero también a otras informativas o que son parte de un medio de comunicación.
La proliferación de estos últimos es imparable en el mundo de la tecnología. Facebook está apostando fuerte por ellos en Messenger, su app de mensajería instantánea y en la que webs y servicios pueden introducir sus bots para distintos fines. Uno de ellos, por ejemplo, ayuda a refugiados a pedir asilo político.
Con información de elmundo.es.