El dinero habría sido para la compra de inmuebles, la construcción de una casa y la adquisición de automotores, electrodomésticos, muebles, entre otros.
La denunciante manifestó que durante 5 años envió distintos montos y remesas de dinero a su marido, hasta que en agosto del 2013 regresó a Paraguay y se llevó la desagradable sorpresa de que el encausado le habría iniciado un juicio de divorcio.
Igualmente comprobó que todos los bienes comprados con el dinero que ella enviaba desde el país europeo fueron traspasados a nombre de la nueva pareja sentimental del hombre.
El caso está a cargo de la agente fiscal María de Fátima Burró.