“A partir de las 21:30 no vas a ver un solo ómnibus que cuente con más de 10 o 15 pasajeros a bordo”, dijo Ruiz Díaz en conversación con Nuestra Mañana, reconociendo que, pese a que existe la reglamentación del Viceministerio del Transporte donde se especifica y se establece la frecuencia de los buses por todos los ramales, eso “no se cumple”.
En ese sentido, argumentó que más de 15 empresas de transporte del área metropolitana fueron a la quiebra como consecuencia de la pandemia del COVID-19, por lo cual se vio afectado el servicio para cientos de pasajeros en ciertos ramales. “La capacidad operativa del transporte descendió en orden del 85%. Obviamente ese impacto tiene como resultado menor cantidad de buses en las calles y, por lo tanto, mayor tiempo de espera en las paradas”, expuso.
Indicó que, ante esto, ni el sector privado, con empresas quebradas, ni el Viceministerio del Transporte, que no tiene capacidad de ejercer controles, ni el Gobierno central, que le adeuda subsidios atrasados en 120 días, pueden “hacer nada”. “El servicio de transporte necesita mejoría y va a seguir necesitando si no se evoluciona acorde a los tiempos”, dijo Ruiz Díaz.
En cuanto a la excesiva cantidad de pasajeros que se registra en los colectivos en hora pico, no dijo que esto se produce por alguna regulada, sino porque “todo el mundo entra y sale en el mismo horario”. Sobre el punto, sugirió que se implemente el “horario escalonado” de entrada y salida a puestos laborales, instituciones educativas y otros.
En otro orden, en lo que respecta a una posible suba del precio del combustible y un eventual consecuente incremento del costo del pasaje, Ruiz Díaz señaló que depende exclusivamente del Gobierno, ya que este decidirá si eleva el valor del boleto o aumenta el subsidio. “Nuestra próxima reunión es en el mes de marzo para analizar el campo operativo”, dijo.