“El COVID-19 vino a incidentar un tema que de hace algún tiempo afectaba a niños, niñas y adolescentes, como es el encierro prolongado. Con la pandemia, los temas de salud mental se hicieron más visibles en todo el mundo. Uno de cada 7 niños y adolescentes viven con algún diagnóstico de desorden mental y son cifras mucho más altas que el promedio global”, expresó Rafael Obregón, representante de la UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) en Paraguay, en contacto con Enfoque 800 por La Unión, aseverando que las niñas en particular son las más afectadas con estos problemas.
En ese orden, indicó que los niños y adolescentes necesitan ayuda, subrayando que los gobiernos deben aumentar las inversiones y ampliar el acceso a servicios de salud mental y apoyo psicosocial, destacando que estas salvan vidas.