Sin embargo, los bloqueos suponen más un revés para la economía que un apoyo al presidente, quien tuvo que pedir a los camioneros que liberen las vías.
Al menos 16 de los 27 estados brasileños registraban bloqueos parciales de carreteras la noche del miércoles, según el último balance del Ministerio de Infraestructura con información de la policía caminera.
No obstante, los puntos de retención en la región norte del estado de Santa Catarina, en el sur del país, que llegaron a amenazar el abastecimiento de algunos productos, estaban liberados este jueves.
“Díganle a nuestros camioneros aliados que esos bloqueos estorban nuestra economía. Eso provoca desabastecimiento, inflación y perjudica a todos, especialmente a los más pobres”, exhortó el presidente en un mensaje de audio distribuido entre grupos de conductores movilizados en su favor.
Según los medios locales, la protesta de camioneros se inició el martes, Día de la Independencia, cuando Bolsonaro arengó a sus partidarios en masivas protestas en varias ciudades del país, pronunciando fuertes ataques a las instituciones y al sistema electoral.
El miércoles, cientos de sus partidarios permanecían en Brasilia y se negaban a desbloquear el tránsito en la principal avenida de la Explanada de los Ministerios, de donde la policía intentaba removerlos.
El ministro de Infraestructura, Tarcísio Freitas, grabó un video para los camioneros, exhortándolos a oír las palabras del presidente.
«Sabemos que hay una preocupación de todos con la mejora de la situación del país, con la resolución de problemas graves, pero no podemos intentar resolver un problema creando otro», afirmó el ministro en el video, enviado a la AFP por su asesoría de prensa.
La movilización de camioneros reavivó el fantasma de la huelga del sector que en 2018 paralizó el país durante varios días, en protesta contra el alza de los combustibles y otras reivindicaciones de la categoría.
Entonces, el paro comenzó con unos 600 mil transportistas autónomos. Pero después se le unieron las empresas de carga. Con esa adhesión fueron más de un millón los camiones estacionados en ambos costados de las rutas.
La huelga que duró más de 10 días terminó en un caos de desabastecimiento y gigantescas colas para cargar combustible, durante el gobierno de Michel Temer.
El nuevo bloqueo de camioneros es una demostración de apoyo al presidente, quien el martes encabezó multitudinarias movilizaciones en defensa de la «libertad» y contra el Poder Judicial, con el que el presidente mantiene un duro pulso.
El propio mandatario llegó a instar a sus seguidores a «desobedecer» algunas de las sentencias del Supremo, que le investiga por la difusión de noticias falsas y ya ha conducido a prisión a algunos de sus aliados.
La declaración de Bolsonaro fue repudiada por todos los partidos políticos, el Congreso y la Corte Suprema, cuyo presidente, Luiz Fux, aseguró que “nadie cerrará” ese tribunal y advirtió que el incumplimiento de sentencias es un “delito” que, en el caso de Bolsonaro, podría ser la base de un juicio político.
Con información de Clarín.