“Este es un hecho grave, se tienen 75.000 focos de incendio y Brasil está siendo el detentor del pulmón del mundo”, expresó el analista internacional Gustavo Segré, en contacto con La Unión.
“Hay una presión internacional demasiado grande, en principio Bolsonaro quiso encontrar culpables en las ONG. Ahora recién el gobierno comenzó a tomar cartas sobre el asunto”, comentó en relación a la actitud inicial del presidente del vecino país, quien no se hacía cargo de la situación.
Además, Segré dijo que el presidente de Brasil operó en torno al caso de manera incorrecta, buscando inicialmente culpables y después ocuparse de apagar el incendio. Sobre el punto, comentó que, ya con la situación crítica, debe recurrir a asistencia internacional.
Así mismo, tomando en cuenta que algunos países europeos ya han cancelado sus aportes económicos para la conservación del Amazonas, como Noruega y Alemania, comentó que ahora corre riesgo el cumplimiento del acuerdo MERCOSUR – Unión Europea.