“La paz sobrevino en un momento muy beneficioso para el Paraguay”, consideró el historiador Eduardo Nakayama, al referirse a la firma de protocolo de paz en 1935, que estableció el cese al fuego en la Guerra del Chaco y que recordamos este 12 de junio.
La firma se estampó por representantes de ambos países “sin vencidos ni vencedores”.
Si bien las tropas paraguayas avanzaron sobre sus contendientes bolivianos, y estos últimos fueron expulsados del territorio que habían ocupado, los mismos tenían cómo reponer sus fuerzas, algo que era casi imposible en las filas guaraníes.
Además, el historiador explicó Bolivia contaba con el doble de la población paraguaya y, sobre todo, contaba con más recursos económicos, lo que abría la posibilidad de compra de nuevos armamentos.