Fernández indicó en diálogo con La Unión que ya no saben cuánto tiempo podrán aguantar, ya que se siguen pagando los alquileres, al personal y los costos administrativos. Solicitan que se levante la restricción horaria impuesta para las bodegas, y consideran una disputa dispar por clientes en la venta de bebidas alcohólicas en otros negocios que no tienen esta restricción, como por ejemplo los supermercados.
“Nosotros vemos una competencia desleal por el hecho de que nosotros sí cumplimos con los horarios y los que están alrededor de nosotros no la cumplen”, criticó Fernández.