El asma es una enfermedad inflamatoria de las vías aéreas caracterizada por episodios recurrentes de falta de aire, sensación de pecho cerrado u oprimido, sibilancias o tos, asociados con obstrucción al flujo aéreo y un grado variable de hiperreactividad de las vías aéreas a estímulos endógenos y exógenos.
La Dra. Claudia Sánchez, encarga del Programa Nacional de Enfermedades Respiratorias Crónicas (PRONAERC) del Ministerio de Salud mencionó que el asma es la enfermedad crónica más frecuente en los niños y detalló cuales son los factores desencadenantes de los síntomas de la enfermedad más frecuentes:
• Infecciones respiratorias virales
• Humo: de tabaco, de leña, de industrias químicas y contaminación ambiental.
• Factores climáticos
• Ejercicio
• Estrés emocional
• Alérgenos inhalatorios, alimentarios, ocupacionales, Otros (colorantes, aditivos, sulfitos)
• Fármacos: AINE, betabloqueantes no selectivos (propranolol, atenolol, timolol)
• Factores endocrinos (menstruación, embarazo)
• Reflujo gastroesofágico
Estos factores pueden variar de persona a persona y en la misma persona en distintos momentos.
Diagnóstico y tratamiento del Asma
El diagnóstico de asma se basa en la presencia de un patrón de síntomas característicos y una limitación variable al flujo aéreo respiratorio, puesto en evidencia a través de pruebas de función pulmonar (espirometría, pico flujo espiratorio).
El tratamiento del asma incluye 5 componentes:
1. Confirmación del diagnóstico
Se realiza con historia clínica y pruebas de función pulmonar (espirometría y pico flujo) que permitan documentar limitación al flujo aéreo y variabilidad.
2. Educación para el automanejo
Como en toda enfermedad crónica, la educación para el automanejo favorece la gestión de los cuidados por parte del paciente y su entorno cercano, a la vez que mejora la adherencia a los tratamientos.
La educación para el automanejo de la persona con asma necesita incluir:
• La identificación y evitación de desencadenantes ambientales.
• La explicación sobre la utilidad y seguridad de los inhaladores y la supervisión de la técnica correcta de uso.
• La comprensión del carácter crónico de la enfermedad, y el uso de estrategias para favorecer la adherencia.
• Brindar pautas de reconocimiento de la crisis y de los signos de concurrencia a emergencias o atención médica.
3. Tratamiento farmacológico
• Terapia de mantenimiento según la gravedad.
• Tratamiento de la crisis asmática.
El tratamiento apropiado, como los corticosteroides inhalados, utilizados para atenuar la inflamación bronquial puede reducir el número de exacerbaciones del asma y de muertes relacionadas con esta enfermedad. El incumplimiento de un tratamiento apropiado puede llevar a la muerte.
4. Plan de acción escrito
El plan de acción escrito consiste en entregar al paciente en forma escrita las recomendaciones acordadas para el automanejo de la enfermedad. Es un componente clave del tratamiento, y debería incluir:
• Tratamiento de mantenimiento para control de los síntomas.
• Cuando y como ajustar la medicación de rescate y mantenimiento cuando se pierde el control.
• Instrucciones claras sobre cuando consultar de forma urgente.
5. Reevaluación Periódica
Los controles de seguimiento permiten evaluar el grado de control del asma y determinar si es necesario disminuir o intensificar el tratamiento.
Prevención
El asma es una afección compleja; se cree que la causa es una combinación de factores genéticos y ambientales. Se han asociado más de 100 posibles genes con el asma, y existen muchos factores de riesgo ambientales que se han vinculado con el asma en los niños. Con un perfil causal de tal complejidad, prevenir el asma es una tarea extremadamente difícil, por no decir imposible. El enfoque de prevención se basa en evitar la exacerbación de la afección.