“Aquel 3 de febrero hubo 11 muertos en la casa de ‘Ñata’ Legal”: Aprueban indemnización para excombatientes del 89

La Cámara de Senadores aprobó ayer un proyecto de ley “Que establece un régimen de indemnización de los gestores combatientes del levantamiento del 2 y 3 de febrero del año 1989”, con lo que podrán ser beneficiarios todos aquellos “gestores combatientes”, así como sus herederos (parientes consanguíneos hasta el primer grado), en el caso de los fallecidos en los combates durante esos días, por haber estado bajo autoridad y comando de cualquiera de las Unidades de las Fuerzas Armadas paraguayas, que participaron durante los combates desarrollados en marco de la revolución que derrocó al régimen dictatorial de Alfredo Stroessner.

Miguel Silva, del Consejo Nacional de Soldados Combatientes del ’89, detalló que recibirán hasta 2.000 jornales mínimos para los excombatientes sobrevivientes y 3.000, para los fallecidos.

El proyecto de ley se originó en Cámara de Diputados, pero como sufrió modificaciones en el Senado, retorna a la Cámara Baja.

En este orden, detalló que los excombatientes en total eran 1.582 personas, de los cuales 41 murieron durante el golpe. No obstante, estima que el número de soldados sobrevivientes aumentará. En este sentido, aseveró que en el Ministerio de Defensa se ubicará una oficina con el objetivo de corroborar los datos que quienes reclamen la indemnización entreguen.

“Tenemos camaradas que quedaron parapléjicos, otros con problemas psicológicos o físicos (…) La mayoría quedamos con secuelas psicológicas”, expuso en comunicación con La Unión R800 AM.

En este sentido, Silva, quien servía en la Caballería, recordó que aquel 2 de febrero estuvo en la operación “Ñata Legal”, con el objetivo de atrapar a Stroessner. Sobre el punto, indicó que en este despliegue, realizado en la casa de quien fuera la amante del dictador, 11 personas resultaron fallecidas, sufriendo bajas tanto insurgentes como militares afines al régimen.

Entonces, señaló que les “salió mal la operación” y varios de los rebelados cayeron prisioneros. Posteriormente, fueron llevados hasta la sede del Regimiento Escolta Presidencial, donde recibieron un “trato especial”, según sus propias palabras.

“Fuimos torturados, nos desnudaron, nos metieron en el calabozo. Tuvimos la suerte y la desgracia de que había traspasado una bala en la puerta del calabozo, con lo que quedó abierto. Un soldado (afín al régimen) le preguntó al teniente 1° que estaba ahí qué se iba a hacer con el calabozo abierto, y le dijo ‘pejuka mante va’erã, total ivai ñande porte’“, relató, indicando que esto se produjo ya durante la madrugada del 3 de febrero.

Tras esta orden del Teniente 1°, se produjo una “ráfaga de balas”. “Estábamos desnudos, cuerpo a tierra, desde la cabeza para arriba hubo ráfagas de balas de fusil”, narró.

En este orden, añadió: “Amanecimos a las 4:30 de la mañana y salimos a juntar los cuerpos de los soldados caídos y heridos (…) la ambulancia esa noche entraba y salía del Regimiento Escolta Presidencial (…) Gracias a Dios puedo contar la historia hoy día”, expresó Silva.

Aseguró, entre sollozos, que nunca olvidará los rostros de las personas que lo sometieron a torturas, aseverando que en aquel entonces contaban con 17 años de edad. En este sentido, criticó a las altas autoridades que hablen de “democracia” durante los días 2 y 3 de febrero de cada año sin recordar a quienes hicieron posible el derrocamiento del dictador Stroessner.

Así mismo, dijo que mantiene contacto con los camaradas que participaron de la rebelión contra la dictadura a través de un grupo de WhatsApp.

Agradeció a los congresistas que aprobaron el reclamo de los excombatientes del ’89.

Expresó que actualmente vive en Hernandarias, Departamento de Alto Paraná, adonde se mudó en los años ’90, y es padre de familia. Afirma que trabaja como técnico de celulares.

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