Amarilla explicó que votó de esa manera ya que considera que la discusión de la Comisión Bicameral giró en torno a un “proceso” sobre Cartes. “Jorge Querey y Rodolfo Friedmann dicen que le iban a pedir al juez cerrar un ‘proceso’. Y yo siempre les decía que no hay ningún proceso abierto, no hay nada qué cerrar”, expuso en conversación con La Unión.
En ese orden, afirmó que votó por no enviar ninguna pedido de resolución al juez.
Explicándole que el sentido de ese voto significó inclinarse hacia un criterio y, en este caso particular, salir a favor de Horacio Cartes, se puso a la defensiva y lanzó una acusación de que se la tildaba de “vendida” ante el expresidente de la República.
Sin embargo, Amarilla se mostró con una postura ambigua al aseverar que, contrariamente a su voto, “pagaría por ver a Friedmann interrogando a Cartes”. “Horacio Cartes tiene que venir a dar la cara, porque es un mandato constitucional”, subrayó.