El frío, la humedad y las comidas calóricas -elementos clásicos del invierno- son responsables de ralentizar la reproducción celular, lo que hace que la piel luzca deshidratada, opaca y sensible. Las calefacciones reducen la humedad del ambiente y provocan la evaporación del agua que contiene la piel. Por otra parte, el humo de la calefacción aumenta la contaminación del aire en invierno, lo que ensucia la piel, tapa los poros y reduce la oxigenación.
Por último, los cambios bruscos de temperatura que se suceden al entrar y salir de los ambientes (cambiar en segundos de dos o tres grados en la calle a 25 ó 27 en el interior y viceversa), contraen y dilatan los capilares de forma brusca. Esto provoca la ruptura de algunos y, como consecuencia, la aparición de unas venillas de color rojo oscuro, fundamentalmente en la nariz y los pómulos. Este es un problema que se conoce como cuperosis. Todos estos factores hacen que la piel se vea como si estuviera vieja y arrugada. Por eso, sin el cuidado adecuado, lentamente la piel se daña y envejece.
Los especialistas afirman que el invierno es la época ideal para tratar rostros, ya que la poca exposición al sol evita posibles complicaciones. En esta época del año es fundamental remover la piel vieja y humectar en profundidad. Más allá de los tratamientos tradicionales para el cuidado de la piel, en la actualidad la tecnología de avanzada permite realizar tratamientos estéticos, indoloros y no invasivos para tratar áreas delicadas
Según datos de la Sociedad Americana de Cirugía Plástica Estética (ASAPS, sus siglas en inglés), cada vez son más los pacientes que requieren tratamientos rápidos y efectivos, sin post operatorio y que le permitan continuar con su rutina diaria sin mayores obstáculos. Durante el 2016, los tratamientos no quirúrgicos crecieron un 7 por ciento y el fotorejuvenecimiento hasta un 36% alcanzando así a más de 657.000 personas. Según estos datos, durante el año 2016, sólo en Estados Unidos, los pacientes gastaron más de 15 mil millones de dólares en cirugías estéticas y procedimientos no quirúrgicos.
La luz pulsada intensa es un tratamiento útil para mejorar la claida y elasticidad de la piel. / Foto: iStock.
Según explicó a Infobae el doctor Cristian Leonhardt (MN 95506), especialista en cirugía plástica y miembro de la Sociedad de Cirugía Plástica de Buenos Aires (SCPBA), para cuidar la piel en épocas de frío “es importante una buena hidratación, así como también el uso domiciliario de cremas hidratantes y exfoliantes que los profesionales indicamos de acuerdo a cada tipo de piel”.
El principal problema del frío es que “produce vasoconstricción en los vasos de la piel, generando una menor oxigenación y llegada de nutrientes”. “Esto provoca el enlentecimiento de todos los procesos celulares de renovación y menor producción de sebo. De este modo, se produce desecación y tirantez en la piel, efectos que se agravan con el uso de mucha calefacción”, indicó el experto.
Según los datos de la ASAPS, tratamientos no invasivos como la luz pulsada intensa (IPL) desplazaron a otros como la microdermoabrasión. “La IPL es un excelente tratamiento que mejora la calidad general de la piel y requiere menos sesiones que una Microdermoabrasión. Sin embargo, este último procedimiento combinado con los ácidos específicos produce también excelentes resultados a menos costo para los pacientes. La recomendación es que consulten al especialista para evaluar juntos qué tratamiento es más recomendable en cada caso”, precisó el doctor Leonhardt.
En invierno, la piel luce deshidratada, opaca y sensible a causa de las temperaturas. / Foto: iStock.
La época de frío entonces es clave para llevar adelante tratamientos en la piel de recuperación. “El invierno es ideal para realizar todo tipo de tratamiento en la piel, como peeling, laser, o dermoabrasiones”, dijo Leonhardt. “Y también para el uso domiciliario de cremas renovadoras ya que podemos utilizar ácidos más fuertes que logran grandes cambios en la calidad de la piel, como por ejemplo el ácido retinoico”.
Además, técnicas como el ablandamiento cutáneo no quirúrgico aumentaron un 12% en relación a 2015 también en Argentina. “Se explica por la excelencia en sus resultados: producen una evidente mejoría en la calidad de la piel y, además, estas nuevas tecnologías tienen un periodo muy corto de recuperación: la cara está colorada como si hubiéramos tomado mucho sol sólo por 2 ó 3 días, mientras que los antiguos láseres requerían 30 días para recuperarse”, dijo el experto.
Ya sea con cremas y tratamientos naturales o con procedimientos no invasivos que están caad vez más al alcance de todos, es fundamental cuidar la piel en invierno para evitar su deterioro y el daño irreversible.
Con información de Infobae.