El Shanghai Composite Index ha sufrido hoy viernes una nueva caída del 5,8 por ciento, cerrando la tercera semana de derrumbe de la bolsa china, lo que despertó las alarmas en el mundo financiero. En menos de un mes el desplome llegó ya a 28 por ciento. La alarma se produce luego de la espectacular alza que experimentó en los primeros meses del año hasta el pasado 12 de junio, cuando llegó a los 5.178 puntos. A partir de esa fecha, el declive no se detuvo.
Con el cierre producido hoy, la debacle constituyó la peor racha desde 1992. La oleada de ventas comenzó luego del pico máximo. La tendencia continuó hasta el 19 de junio, cuando llegó a su peor nivel desde 2008. Al cierre de hoy, la caída llegó hasta los 3.686 puntos, acercándose al nivel con que había cerrado 2014, en 3.234 puntos.
El total de pérdidas en las últimas tres semanas asciende a unos 2,5 billones de dólares, lo que representa un 25 por ciento de su monumental Producto Interno Bruto (PIB).
Para intentar controlar la debacle, algunas de las principales empresas chinas comenzaron a recomprar sus acciones. El Banco Central de China intentó calmar a los mercados, aunque no lo ha logrado. Emitió un mensaje anunciando que mantendrá una a política monetaria “prudente”. La entidad encargada de controlar las operaciones bursátiles, la Comisión Reguladora de Valores de China, inició una investigación para hallar pistas que demuestren una “manipulación ilegal en los mercados”, según consignó el diario Expansión.
Los analistas creen que el peligro de una burbuja bursátil, la desaceleración de la economía china y el temor a una subida de tasas de los Estados Unidos, conformaron un cóctel explosivo para los especuladores del mercado. A eso se le suma la inestable situación griega, que entró técnicamente en default hoy y que espera el referendo del próximo domingo.
Según consignó la agencia de noticias Reuters, China Financial Futures Exchanges (CFFEX) suspendió 19 cuentas de ventas por un mes. Lo que muchos analistas del mercado creen es que los índices chinos han sido inflados 150 por ciento en el último año. Ahora deberán acomodarse.