El imparable avance del COVID-19 en Quito, donde ya hay casi 10.000 casos de contagio y más de 530 muertos, pone contra la cuerdas el sistema de salud de la capital ecuatoriana, que está casi colapsado, y reabre el temor de que se repita un desborde como en Guayaquil los pasados meses de marzo y abril.
La capital ecuatoriana vive un pico de contagios por coronavirus y solo esta última semana se han registrado más de 1.500 nuevos casos (un 18 % más), según datos del Ministerio de Salud.
Catalina Yépez, ex asesora externa de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), explicó a la agencia EFE que en Guayaquil la pandemia empezó de manera “explosiva” a pesar de las rigurosas medidas de seguridad.
En cambio en Quito, “los contagios han ido lento y hemos tenido dos o tres pequeños picos, que han estado relacionados con las movilizaciones poblacionales”.
En este momento, la provincia de Pichincha, de la que Quito, con sus 3 millones de habitantes, es capital, concentra el 18 % de los casos a escala nacional; el 90% de ellos en el Distrito Metropolitano.
Violación de medidas
De acuerdo con la epidemióloga, la capital vive uno de sus picos más intensos de contagios, que podría extenderse dependiendo de la actitud de los ciudadanos y las medidas de prevención que se tomen.
“Debemos convencernos de protegernos y proteger a los otros, utilizando mascarillas, desinfectante de manos, evitar sitios concurridos, entre otras medidas, podremos evitar lo que ocurrió en Guayaquil”, señaló Yépez.
Se refería también a medidas como la de evitar aglomeraciones, un problema nacional que se está dando también en la capital.
El servicio ECU911 contabilizó 39.832 aglomeraciones en Ecuador desde el comienzo del estado de emergencia el pasado 16 de marzo, de las que 7.799 ocurrieron en Quito, la ciudad que registra más congestión de personas.
Los sectores del centro y sur de la capital como La Ferroviaria, Centro Histórico, Solanda, Guamaní o La Ecuatoriana, entre otros, son los que más violaciones registran de las medidas de bioseguridad.
En una rueda de prensa, el director del ECU911, Juan Zapata, aseguró que el aumento de contagios en la capital “está directamente relacionado con las inconductas ciudadanas”.
Quito entró en proceso de reactivación el pasado 3 de junio, detrás de otras grandes ciudades del país, lo que produjo una propagación de los contagios. En ese momento apenas tenía 3.842 contagios y 305 fallecidos.
Problema provincial
Una situación que se repite en la provincia de Pichincha, donde del 10 al 13 de julio hubo un incremento de 805 casos.
Su prefecta, Paola Pabón, así como los alcaldes de otros seis municipios de la provincia, pidieron este domingo al Comité de Operaciones de Emergencia nacional (COE-n) el endurecimiento de las medidas de movilidad, aunque es improbable un regreso al rojo en el semáforo epidemiológico por las implicaciones socioeconómicas que arrastra.
Ejemplo de la saturación es el Hospital IESS Quito Sur, centinela en la atención de pacientes de COVID-19 en toda la provincia y que tiene a 260 pacientes hospitalizadas con el virus, de las que 60 permanecen en la unidad de cuidados intensivos, 80 en emergencia y 35 en carpas militares externas, una extensión del centro médico.
“Estamos totalmente llenos, pero las altas hospitalarias nos ayudan a atender a las personas más rápido, conforme van saliendo entran otras”, confirmó Danilo Calderón, gerente del hospital.
Las autoridades han detectado que en las últimas semanas los lunes, martes y miércoles son los días que más ingresos hospitalarios hay, lo que respondería a las aglomeraciones y fiestas durante los fines de semana, explicó Calderón.
Número contenido de fallecidos
Por su parte, la Empresa Metropolitana de Gestión de Residuos (Emgirs), encargada del levantamiento de cadáveres, también constata un crecimiento en la recogida, aunque sin llegar ni mucho menos a los parámetros de Guayaquil, donde se produjeron unas 10.000 muertes sin que hasta ahora se haya constatado cuántas fueron por coronavirus.
“Antes, nosotros hacíamos un promedio de levantamientos de dos a tres cuerpos (diarios) y ahora que pasamos a semáforo amarillo hemos pasado de tres a cuatro diarios”, afirmó Miriam Lucero, asesora de la Emgirs.
El ente calcula no obstante que llegaron al punto máximo el 3 de julio, cuando la recogida subió a nueve cadáveres al día, aunque en solo dos casos se confirmó el coronavirus.
Desde el 24 de abril hasta el 12 de julio, la Emgirs ha registrado 119 levantamientos en calles y domicilios, de los que 36 son contagios confirmados y 83 sospechosos, y la mayoría en el sur de Quito, que se suman a los fallecidos en hospitales.
El Defensor del Pueblo pidió endurecer las restricciones en Quito
El defensor del pueblo de Ecuador, Freddy Carrión, pidió endurecer las medidas de confinamiento en Quito debido al aumento de casos y la falta de camas en hospitales para atender a los enfermos.
Carrión exigió a las autoridades de Quito que “de manera urgente, EXHORTEN al COE (Comité de Operaciones de Emergencia) nacional para que se retorne al SEMÁFORO ROJO en la capital hasta que se fortalezca el sistema de salud público y privado” en la ciudad, según una carta divulgada por la Defensoría del Pueblo.
Ecuador aplica un sistema de semáforo que establece el nivel del peligro, en el que el color rojo contempla las medidas más duras, como un toque de queda de 11 horas.
“Es de extrema preocupación que, en las últimas semanas, continúan creciendo aceleradamente los contagios de COVID-19 en todo el país, en un 54%, siendo Pichincha y Quito el centro de la pandemia”, agregó Carrión en la carta.
El ombudsman expresó preocupación por declaraciones del ministro de Salud, Juan Carlos Zevallos, quien ha asegurado en una entrevista para el canal Ecuavisa que no existen camas disponibles en las salas de cuidados intensivos para tratar a los pacientes.
El ministro se justificó indicando que las personas “están siendo atendidas en las áreas que se han adaptado para el efecto” y que “no es grave que no exista una cama de cuidados intensivos”.
“Como Defensoría del Pueblo creemos que esta actitud (de Zevallos) pone en riesgo claramente los derechos a la vida y a la salud de las y los habitantes capitalinos”, apuntó Carrión.
Desde mediados de mayo, el gobierno empezó a aligerar de manera progresiva la cuarentena en el país, que fue uno de los primeros focos de la pandemia en Latinoamérica. Desde entonces ha reducido los horarios de toque de queda, ha reanudado el transporte público y las actividades recreativas, según el sistema de semáforo.
Con información de agencias e Infobae.