“Cuando llegó el momento de la sentencia, era una gran alegría porque pensaba que de alguna manera les entregaba algo de alivio a esta familia que tanto necesita una respuesta. Más allá de que cinco de los ocho condenados hayan recibido cadena perpetua y los tres restantes, 15 años de prisión, es una caricia para ellos”, dijo Burlando en diálogo con Unión TV y radio La Unión, en referencia a Graciela Sosa y Silvino Báez, padres de Fernando.
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En la situación de los tres rugbiers que recibieron 15 años de prisión, ratificó que apelará la sanción para que también sean castigados con cadena perpetua. “Sin dudas, si uno mira la sentencia, lo que quedó es un sabor agridulce”, señaló.
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Dijo que desde el principio, es decir, desde que tomó el caso en el inicio de la investigación, ha sido todo “muy fuerte”, tanto por lo sucedido como los posteriores testimonios de los padres de Fernando.
Espera que el fallo judicial sirva de mensaje de “no a la violencia”.
Fernando Báez Sosa, joven de 18 años e hijo único de inmigrantes paraguayos, fue asesinado por un grupo de ocho rugbiers el 18 de enero de 2020 a la salida de un boliche en Villa Gesell, provincia de Buenos Aires.
Por el caso, Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Mathias Benicelli y Luciano Pertossi fueron condenados a cadena perpetua por el Tribunal de Dolores. Por su lado, Ayrton Viollaz, Blas Cinalli y Lucas Pertossi fueron sentenciados a 15 años de cárcel.