Báez indicó que, con la nueva administración, el flamante ministro de Justicia, Julio Javier Ríos, solicitó que todos los funcionarios de la institución, tanto contratados como nombrados, pongan sus cargos a disposición, lo cual ella hizo. Sin embargo, manifestó que nunca imaginó que la iba a dejar sin trabajo, teniendo en cuenta que el nuevo titular del ente sabía sus condiciones de salud.
Subrayó que un funcionario nombrado no puede ser destituido por decreto (como pasó con ella), pero la nueva administración le respondió que se trataba de un cargo de confianza y que, como no se trata de un puesto al que se accede por concurso, la gestión puede prescindir de su labor en cualquier momento si surge la necesidad.
De hecho, mencionó que el propio ministro de Justicia le prometió que a partir del 1º de octubre iba quedar como funcionaria pero como contratada, luego de tomar conocimiento del decreto por el cual fue echada. lo cual ella igual estaba dispuesta a aceptar. En contrapartida, más tarde, Ríos le comunicó que estaban “esperando la ampliación presupuestaria” y que por esa razón en estos momentos su reincorpación no podrá ser posible.
Báez comentó que el proceso de alta tarda de 5 a 10 años, tiempo en el que se le practican cuantiosos estudios y medicamentos, lo cual conlleva mucho dinero.
Sobre el punto, recordó que tras serle detectado el cáncer, en diciembre de 2013, se sometió a la cirugía pertinente para detener a tiempo el avance de la enfermedad. “No me extirparon el seno completo, solamente una parte. Hasta ahora hice 6 sesiones de quimioterapia”, expresó entre sollozos.
Indicó que el último chequeo que se practicó arrojó como resultado que su enfermedad, afortunadamente, “está controlada”. Sin embargo, con lo que debe padecer sin trabajo ahora, dijo que trata de no estar triste ni deprimirse, ya que provocaría una reducción de las defensas del organismo y el cáncer podría contraatacar.
Por último, instó tanto a mujeres como a hombres “a tocarse”, para detectar a tiempo un posible cáncer de mama.